En su artículo semanal, el Profesor Miguel Ángel Santos Guerra, nos habla de un libro titulado "Himno de batalla de la madre tigresa", dicho libro trata de cómo la autora educa a sus hijas, dándole prioridad por encima de todas las cosas a la excelencia y a ser el mejor en todo. Les exigía a sus hijas obtener resultados académicos excelentes en todas las asignaturas excepto en gimnasia y teatro. Yo me he aventurado a hacer un comentario, intentando hacer ver a esta señora, lo que se pierden sus hijas por llevar a cabo este tipo de pedagogía:
"Querida Sra. Amy, me gustaria decirle que usted en vez de estar criando y educando a sus dos hijas, lo que está haciendo es crear dos robots, los cuales están instruidos para conseguir el éxito o ser los números 1. Siguiendo la línea de mi compañero y amigo Juan Carlos, instruir es muy distinto de formar, como bien ha explicado él en su comentario. Ahora yo desde aquí quiero hacer extensible mi opinión de lo que se están perdiendo sus hijas:
En relación al teatro: Los niños y niñas que participan en alguna obra de teatro suelen aumentar su autoestima, aprender a respetar y convivir en grupo, conocer y controlar sus emociones, descubrir lo que es la disciplina y la constancia en el trabajo, además de desenvolverse entre el público. Además el teatro también puede servir para: Reforzar las tareas académicas de lectura y literatura, ayudar a la socialización de los niños/as, estimular la creatividad y la imaginación, hacer que los niños se sientan más seguros, ayudar a los niños a que jueguen con su fantasía….¿sigo? creo que ya tiene usted ahí suficientes argumentos como para replantearse su pedagogía.