Todos hemos escuchado alguna vez que las asignaturas más importantes son las lenguas y las matemáticas. Está asumido -por cierta mayoría de padres y parte del profesorado, aunque ya menos- que hay asignaturas de primera división: matemáticas, lengua, ciencias sociales, naturales, inglés (en la actualidad algunos centros están perdiendo el norte con el tema del bilingüismo) y otras de segunda división: Educación Física, Plástica, Música. El propio currículum en su artículo 8, en el apartado organización, habla de asignaturas troncales (primera división) y asignaturas específicas (segunda división), dejando incluso la Educación Artística en manos de la programación educativa que establezcan las administraciones educativas o, en su defecto, en función de la oferta formativa de los centros docentes. En estos aspectos es donde radica esta falsa creencia. Sí, señores, sí. Esto es todo un NEUROMITO.
Fuente: joseluisabrain.blogspot.com.es |
Nadie duda de que la actividad física repercute de manera positiva en nuestra salud, son numerosos los beneficios: se puede hablar de mejora del sistema cardiovascular e inmunitario, reduce la obesidad, regula los niveles de azúcar en sangre, fortalece los huesos, todo esto va acompañado de una mejora en el estado de ánimo: nos sentimos mejor, mejoramos nuestro autoconcepto y autoestima, nos relacionamos con los demás, estamos menos estresados y más motivados para hacer las cosas. Pero ahora, además, existen estudios de neurociencia que demuestran que el ejercicio físico regular puede modificar el entorno químico y neuronal de nuestro cerebro, facilitando así el aprendizaje. La actividad física genera una serie de neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, que mejoran los estados de alerta, la atención y la motivación, factores imprescindibles para que se produzca aprendizaje. ¡Toma del frasco Carrasco!